Cuando las trampitas son beneficiosas….
Quizás
por no haber nacido en “cuna de oro”, durante mi formación me inculcaron
constantemente la importancia del trabajo. “El trabajo es honra” me decían, y esa frase venía
acompañada de que “lo que hagas, hazlo bien” lo cual ciertamente es una
realidad. Lo que quizás ni a ti ni a mi
nos enseñaron es a medir cuánto
peso le damos en el balance de la vida. ¿Eres
del club de las que hemos vivido
eternamente como “cuarenta en un zapato
y cinco tratando de entrar”?. ¡Sigue leyendo que este blog que estrenamos hoy es
para ti!.
Por razones
culturales o presiones sociales las
mujeres nos obligamos a demostrar que
somos capaces, que trabajando largas horas reafirmamos lo que valemos, que
debemos dar el ejemplo a nuestros empleados en el caso de las empresarias
o a nuestros compañeros de trabajo,
patronos, parejas , inclusive.. ¡a
nuestra familia! En esa “locura de vida”
diaria no nos percatamos de que
el único tiempo que reservamos es para
prepararnos para otra jornada de trabajo. Pregúntate
en este preciso momento, ¿cuántas horas diarias te dedicaste la
semana pasada?
Tareas tan
sencillas como llamar para obtener una cita médica,
reservar espacio para comer tranquila (sin un celular al frente), meditar en la
tranquilidad de un espacio íntimo donde puedas respirar y llenar
tu ser de nueva energía, ejercitarte, escoger los alimentos con que vas a
nutrir tu cuerpo ese día o toda la semana, planificar tus finanzas para que más
allá
de un fondo para tus próximas vacaciones también tengas uno para cualquier
emergencia o situación de salud. Porque si aún
no te has dado cuenta, no somos eternas ni imprescindibles…!aunque a menudo lo
creamos!
Procura que
esa jornada interminable de horas tenga sus límites
y que dentro de esa agenda cargada, haya un espacio para realizar algunas de
las tareas antes descritas. Tú, que
al igual que yo, vives
haciendo compromisos con todo y con todos, haz un compromiso contigo misma.
Hace menos de un año y durante mucho tiempo yo tuve esa misma agenda. Un
diagnóstico de cáncer me hizo ver la película de mi vida en
un minuto y reflexionar por qué no incluí
antes esas citas en mi itinerario
abarrotado.
¡Establece el
hábito!
Anota en tu agenda una cita contigo misma. Ese espacio que invertirás en ti no
solo te hará sentir mejor ahora, ganará intereses con el tiempo. ¡Igual
que las cuentas de ahorro! Tu valor no
radica en cuanto trabajas sino en la forma en que administras tu tiempo para
cuidarte tú antes de poder cuidar a otros, incluyendo tu empresa si la tienes. Comparte
conmigo y otras mujeres las “trampitas” que haces para reservar esa hora
sagrada para ti. Todas aprenderemos de nuestras experiencias. Recuerda que lo
demás puede esperar….!Espero tus comentarios y sugerencias!
Un abrazote,
Emma
Comments
Post a Comment